Por Arnol Ascenci
Meditar no es un lujo ni una moda, es un acto de higiene mental y espiritual. Así como te bañas todos los días para limpiar tu cuerpo, también necesitas limpiar tu mente de pensamientos, preocupaciones y distracciones que solo te roban energía.
Yo, Arnol Ascenci, he comprobado en carne propia que cuando dejo de cuidar mi energía, mis emociones y mis pensamientos, el ruido mental me gana. Pero cada vez que vuelvo a este hábito sencillo, mi vida recupera rumbo y claridad.
Hoy quiero enseñarte una práctica nivel principiante, al estilo Código Aura 888, para que empieces a meditar de forma realista y transformadora.
Primer paso: la mente en negro
Encuentra un lugar cómodo, siéntate o recuéstate, cierra los ojos y respira profundo.
No intentes “controlar” nada. Solo busca ese instante en el que tu mente se apaga, como si bajaras un switch y todo quedara en negro.
Ese momento de silencio es tu lienzo. Y sobre ese lienzo vacío vas a diseñar la vida que deseas: relaciones más sanas, abundancia, claridad, paz interior.
Decretar y visualizar
Cuando logres ese estado de calma, decreta con claridad lo que quieres atraer:
- “Me libero de los bloqueos del pasado.”
- “Hoy me permito crear un futuro diferente.”
- “Mi vida fluye con abundancia y confianza.”
Visualiza esas frases hechas realidad. No como un sueño lejano, sino como escenas claras: tú caminando seguro, tú recibiendo lo que necesitas, tú viviendo con plenitud.
La técnica del minuto extra
No empieces con metas imposibles. La clave es la constancia.
- Día 1: medita 2 minutos.
- Día 2: súmale 1 minuto más.
- Día 3: sigue aumentando poco a poco.
En menos de dos semanas llegarás a 10 minutos diarios, y créeme: este pequeño hábito puede cambiar tu vida.
¿Por qué funciona?
- Porque cancelas la estática mental que solo genera ansiedad.
- Porque entrenas a tu cerebro a enfocarse en lo que sí quieres.
- Porque liberas bloqueos que cargabas sin darte cuenta.
- Porque elevas tu energía creadora, y desde ahí empiezas a atraer cosas buenas.
Primera etapa: sembrar el hábito
No busques la perfección, busca la práctica diaria. Así como un músculo se fortalece con repeticiones, tu mente se expande con cada minuto de meditación.
Al principio puede que te cueste, que la mente se disperse, que te sientas inquieto. Pero justo ahí está la magia: poco a poco, la disciplina vence al ruido.
Meditar no es dejar de vivir en el mundo real, es aprender a habitarlo con más calma y poder. Con esta primera etapa de práctica diaria, estarás sembrando un hábito que abrirá la puerta a una vida más consciente, abundante y en paz.
Código Aura 888 es mi experiencia documentada, y este es solo el inicio. Si tú también decides practicarlo, prepárate, porque lo que empieza como 2 minutos al día puede convertirse en el cambio más poderoso de tu vida.